¡Vamos a la cama...!

Hoy estoy para el arrastre... ¡vamos, que tengo unas ganas de coger la cama! Y eso es lo que voy a hacer en cuanto consiga camelarme a mi hija para que ella vaya por delante. Siempre se ha acostado tempranito (a Dios gracias) pero con eso de que se está haciendo mayor, cuando no es por Patito es por los Protegidos... (que vaya lo bien que ha pensado el que haya puesto esa serie a semejante hora). Tenemos un pacto, ve un poquito y el resto se graba... pero si el que hace la programación me lee, por favor, "tenga compasión de las pobres madres trabajadoras, agotadas, que no ven la hora de meterse en el catre". Estoy convencida de que es hombre, porque nosotras cualquier tentación juvenil de ese calibre la pondríamos a las 17.00horas -con la merienda-, o a las 20.30 horas... para que se ducharan corriendo y vieran la tele cenando. A manipuladoras no nos gana nadie).
Bueno, pues a lo que iba (que se me va la olla y al final me acuesto tarde porque me lío con el blog y hoy me voy al catre pronto como me llamo Belén)... que sólo veo en mi mente sábanas, zapatillas, pijamitas, camisones... y eso es lo que vais a ver también vosotras para que soñéis con los angelitos y con lo que os enseño.

 ¿A qué os gusta este camisón lencero? Pues imaginároslo al natural. Es un primor. Es similar a los de nuestras abuelas, con un sello antiguo... Mirad la pechera, y las jaretitas, los bordados de lino...
Y lo mejor... el del maniquí es el de la mamá, pero en el suelo está el de la niña... Un auténtico sueño.
Éste, como el resto de los que os muestro hoy es de Powell Craft, una firma inglesa de la que ya os he hablado y de la que este año he repetido algunos modelos que me chiflan, como éste.

Hay algún otro modelo para que las mamás y sus niñas vayan igualitas.

No he tenido más remedio que poneros ese fotón... porque son tan extraordinarios todos los pijamas que hay en el mueble-aparador... que tengo que lucirlos bien. Algunos como el pijamita blanco con rosetones verdes parece un vestidito, de bonito que es.
Y este pijama azul con flores rojas y volantitos pequeños en los bajos del pantalón... es divino.

Otro genial es el blanco de hadas, con cuello de rayas blanco y rosa y de rayas también el bibo del bolsillo. Este es de manguita corta y pantaloncín cortito. De la colección de hadas os mostraré otro día un camisón para quitar el hipo.

El camisón con mariquitinas que cuelga del cajón...  es tan especial que todo el mundo se queda prendado de él. Os lo pongo abajo para que lo veáis bien, junto con la muñeca de trapo vestida con la misma tela... un regalo especial para comuniones, por ejemplo.

De la misma hechura (con jaretitas, abierto con botoncitos en la pechera y puntilla en cuello y puños) hay otro, el modelo Play, que es de la tela del pijama que cuelga de la puerta del aparador.







Para que lo apreciéis bien os enseño abajo un pijamita de pantaloncín corto, ribeteado de lunaritos en blanco y rojo... os aseguro que es precioso, aunque ¡claro! no sé si os fijaréis en él bien... Lo que hay en esas estanterías es tan especial que no vais a saber dónde poner la vista. ¿A qué sí?

Todo ello es tan especial (las camisetas, las toallas, el cuadrito, las zapatillitas...) que lo dejo para otro dia... porque lo que pinta Mery bien merece una entrada única.
Ahora sí... ¡Vamos a la cama...!